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Benito Juárez por Francisco Toledo
Portadilla de Benito Juárez por Francisco Toledo

Benito Juárez por Francisco Toledo

La figura de Benito Juárez ha sido una de las más estudiadas y recordadas durante los últimos siglos. Aparentemente se sabe todo sobre él y tenemos los testimonios a nuestro alcance para corroborarlo: escritos, leyes, correspondencia, fotografías. La leyenda del indígena zapoteca que se castellanizó y logró ser presidente de México es difícil de cuestionar. Sin embargo, hubo alguien que lo hizo y no precisamente a través de textos académicos, estudios científicos o recopilaciones documentales.

Su paisano y renombrado pintor, Francisco Toledo, durante los años ochenta comenzó una serie de obras, con distinto formato y técnica, titulada Lo que el viento a Juárez, dedicada a desmitificar y a humanizar al oriundo de Guelatao. En estas piezas lo vemos realizar las más diversas acciones y rodeado de personajes que integra en las composiciones, convirtiéndolo en un miembro más de su universo creativo: Juárez repartiendo cartas junto con la muerte, huyendo de un león a quien trató de quitarle una espina, jugando con un trompo, piloteando un avión del Escuadrón 201. Entre coyotes, conejos, sapos o chapulines, el Benemérito de las Américas es mucho más que un símbolo solemne en el trabajo de Toledo. Gracias a la colaboración del Museo del Estanquillo, en esta colección mostramos parte de esa serie, en la que el artista juchiteco expresa su sentir en torno a un Juárez a quien mira con cierto recelo pues fue el causante de haber quemado su pueblo natal debido a lo que en su momento consideró la “rebeldía indómita” de sus coterráneos.