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Presencia fotográfica de la comunidad afrodescendiente
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Presencia fotográfica de la comunidad afrodescendiente

La serie Tierra negra de la fotógrafa Maya Goded (1967) recupera un tema poco presente en la iconografía mexicana a pesar de su contundencia, y a través de la imagen  muestra  la belleza visual de la comunidad afrodescendiente de México, particularmente de la que habita la Costa Chica que comparten los estados de Guerrero y Oaxaca. Gracias al trabajo de la también cineasta podemos valorar la herencia de sus raíces en el mosaico de diversidad cultural que da forma a la identidad de nuestro país.

Una de las características del estilo en la obra de Maya Goded es la cercanía que establece con los sujetos que retrata, porque se gana su confianza conviviendo con ellos por largas temporadas, y con esto logra acompañarlos en su cotidianidad, de suerte que el resultado es una sensación de proximidad que se aleja de la pose forzada, o de la irrupción de un extraño a un universo considerado en ocasiones exótico. La naturalidad de esta aproximación, combinada con la mirada creativa de la artista, da como resultado una serie de imágenes de gran valor tanto social como estético. Hemos tomado una muestra representativa de la serie, que en su totalidad cuenta con 43 fotografías que fueron publicadas a principios de los años noventa del siglo pasado, que fue producida durante los tres años que Goded pasó en aquella región empapándose de su estilo de vida, sus costumbres, sus fiestas y sus ritos.

Las piezas trabajadas en blanco y negro logran transmitir la sensación de calor en estas tierras. Esto se devela en la brillantez de la piel de sus habitantes, que se dejan capturar por la cámara ya sea en sus labores al aire libre, recolectando el ajonjolí, en la pesca de langostinos, en el mercado, o al finalizar un día de arduo trabajo bajo un sol abrasador. En las imágenes queda patente que además de ser gente trabajadora saben divertirse y preservar sus ancestrales costumbres que ya forman parte del mestizaje a través de rituales como la fiesta del santo Santiago o con el famoso baile del “Toro de petate”. Sin embargo, son aquellas piezas que fueron realizadas en la intimidad de los hogares, en donde las miradas frontales de los sujetos fotografiados muestran la placidez de la vida diaria, donde se confirma su sentir de mexicanos orgullosos de sus raíces africanas.