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José Salomé Pina: recorrido pictórico
Portadilla de José Salomé Pina: recorrido pictórico

José Salomé Pina: recorrido pictórico

La historia del pintor mexicano José Salomé Pina (1830-1909) es fascinante por su determinación de formarse en el mundo del arte. Ya a los ocho años de edad estaba decidido a estudiar en la Academia de San Carlos, meta que pronto lograría. Unos años después, dicha institución comenzó a enviar a sus mejores alumnos a Roma, con una pensión, para cultivar en ellos el arte neoclásico con los mejores profesores del mundo. En 1851, Pina participó para obtener la famosa beca con el cuadro Dalila llama a los filisteos para entregarles a Sansón, que puede verse en esta pequeña colección; no obstante, obtiene el tercer lugar.

Dos años más tarde no sólo gana el primer premio de composición con Agar e Ismael, despedidos de la casa de Abraham, se dirigen al desierto, mismo que la crítica celebró, sino que ese año de 1853 fue por fin favorecido para ingresar en la Academia de San Lucas gracias a la pintura San Carlos Borromeo repartiendo limosna al pueblo, hecha en un estilo nazareno: en él podemos observar cómo el autor rinde un homenaje al arte cristiano medieval, característico de esta tendencia. Durante el viaje que realizó con otros compañeros, en una escala en París quedó fascinado por el Museo del Louvre y se las arregló para postergar su llegada a Roma por ¡cinco años! Desde la llamada ville lumière cumplía con el envío a San Carlos de sus pinturas, como Abraham conduciendo a Isaac al sacrificio de 1855, que aquí mostramos. Por un gusto personal más apegado a las nuevas tendencias que al arte clásico, Pina no quería irse de París, sin embargo, ya no era posible que se mantuviese ahí por más tiempo, pues el apoyo económico fue concedido para continuar sus estudios en la capital de Italia, adonde llegó hasta mediados de noviembre de 1859. Ahí se dedicó a reproducir a los clásicos y a producir obras de estilo realista. Su beca fue prorrogada hasta diciembre de 1865, no obstante, siguió viviendo en Europa por tres años más, probablemente sosteniéndose con la venta de su obra. Cuando su querido profesor Pelegrín Clavé dejó la dirección de pintura de la Academia de San Carlos, Pina fue llamado para ocupar su lugar. Después de 15 años de ausencia regresó a México en enero de 1869 y asumió el cargo que le habían asignado. Su labor académica lo alejó de la producción. De esa época mostramos un hermoso retrato de su colega José María Velasco, de 1873, a quien captura en un gesto de dulzura y nobleza, y Non Fecit Taliter Omni Nationi, pintura en la que se presume que hay un autorretrato del pintor, al que podemos identificar como el personaje que sostiene un cuadro. Al final de sus días solicitó la jubilación pues su vista se había deteriorado con la edad y finalmente falleció en 1909, un año antes del estallamiento de la Revolución mexicana.