Juárez: el periodo oaxaqueño

Juárez: el periodo oaxaqueño
18 de julio
Benito Juárez es uno de los personajes mexicanos que más discusiones e ideas ha generado respecto a su vida, su personalidad, su desempeño administrativo e incluso su muerte. Lo que sucedió aquel 18 de julio de 1872 ha sido tratado ya muchas veces desde distintas perspectivas; por eso, para conmemorar el fallecimiento de este ilustre mexicano, decidimos abordar en esta ocasión su etapa como hombre público en su natal Oaxaca, la manera en que fue ocupando diferentes cargos en distintas instituciones y la forma en que éstos lo llevaron a saltar de la política local a la nacional. Los documentos que presentamos en esta colección, que proviene del Archivo General de la Nación, son una ventana abierta a esta etapa en la vida del Benemérito de las Américas, que pocos conocen y que vale la pena explorar para rescatar la figura de Juárez desde un enfoque diferente.
Resulta interesante, por ejemplo, su paso como suplente en el Tribunal Superior de Justicia en Oaxaca y
también en la Corte de Justicia del estado, lo que nos acerca a su interés por el derecho. Su faceta
como regidor municipal también fue parte importante de su formación política, sobre todo porque durante
su estancia en este cargo, entre enero y agosto de 1832, Oaxaca vivía un periodo franco de inestabilidad
ocasionado por las pugnas entre liberales y conservadores. Juárez fue juez de distrito entre 1832 y 1843
y gobernador de Oaxaca de manera intermitente entre 1847 y 1857, y además, fue miembro del Instituto de
Ciencias y Artes de Oaxaca, en donde pasó buena parte de tiempo como catedrático impartiendo clases de
derecho canónico, derecho civil y física.
A través de esta documentación se atestiguan los
diferentes nombramientos y actividades que desempeñó en su estado natal entre los años treinta y
cincuenta del siglo XIX, los cuales resultaron fundamentales para consolidar una visión sobre la
política nacional, las necesidades de los mexicanos y los problemas profundos a los que se enfrentaba el
país en un periodo claramente marcado por las carencias, desigualdades y pugnas por el poder que
mantenían a México en un estado constante de incertidumbre.