Una vez que la Corona perdió el control de la Nueva España, los esfuerzos de hombres y algunas mujeres se concentraron en la creación de bases legales y reglamentarias para la sociedad, como las constituciones y, por supuesto, para la minería. Algunos creyeron que el incremento en la actividad minera tendría un efecto positivo en las finanzas del país recién independizado y crearon diversas juntas, tribunales, y el Colegio de Minería; además se editaron abundantes obras, como las aquí reunidas, todo esto con la intención de aumentar las ganancias obtenidas de esta práctica. Durante el siglo xix aumentó la sobreexplotación de las comunidades mineras, se incrementaron las jornadas laborales y la exposición de ambientes tóxicos y peligrosos y se contaba con escasas medidas de seguridad.