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Sociedad
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El proceso de urbanización en México: siglos xix-xxi

México era un país fundamentalmente rural hacia 1910, esa es la naturaleza de su revolución social. Sin embargo, una vez pasada la guerra civil y consolidado el entramado institucional que trajo consigo aquella paz, las ciudades fueron el escenario donde la nación se desarrolló hacia el futuro. Arquitectura, infraestructura moderna, poblamiento y distribución socioeconómica son entonces procesos que han de estudiarse a la par.

En tal desarrollo son observables tres grandes etapas: crecimiento urbano moderado (1900-1940) a una tasa anual de 1.5%; crecimiento urbano acelerado (1940-1970) con tasa de 2.7%; crecimiento urbano bajo (1970-2000) con tasa de 1.2%. México tenía una población de 13.6 millones de habitantes en 1900, de los cuales sólo 1.4 millones vivían en 33 ciudades. El polo central de la concentración en ocho metrópolis (Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, León, Torreón, Toluca y Ciudad Juárez) continuó siendo con mucho la capital, que en 1980 tenía 13 millones de personas para doblar esa cifra hacia principios del siglo xxi.

Entre 1980 y 2010 el volumen demográfico del país se elevó de 66.8 a 112.3 millones de habitantes. Paradójicamente la llamada Zona Metropolitana de la Ciudad de México, se transformó de ser el principal polo de atracción de flujos de migración interna, a ser el nodo con mayor expulsión absoluta de migrantes. La definición del trazado de la ciudad y la asignación de un aprovechamiento volumétrico a los espacios parcelados privados son dos operaciones fundamentales para la definición del proyecto de la forma de la ciudad futura que están íntimamente relacionados. La planeación de la urbe a comienzos de los años setenta sigue grandes líneas para los espacios públicos, pero no pone atención a los centros de poblamiento masivo y popular. Teóricos de entonces advertían de la importancia de las tipologías urbanas para el establecimiento de formas urbanas características que parten de tradiciones extendidas en los modos de vida de las distintas sociedades. Tal concentración originada por procesos de densificación en zonas de caos constructivo llevó a reclamar a finales del siglo xix un cambio radical en la concepción de los ordenamientos urbanos.