Esto hizo que Villa adquiriera gran popularidad, incluso en los Estados Unidos, lo cual no fue del agrado de Carranza pues ponía en entredicho su liderazgo, así que el Barón de Cuatro Ciénegas le dio varias órdenes al Centauro del Norte, las cuales dejaron fuera la toma de Zacatecas, último bastión del Ejército federal. Dado que Villa tenía toda la capacidad para librar airoso este último combate, Carranza consideró que una victoria de este tipo engrandecería aún más la figura de Villa, pensando en un futuro avance hacia la Ciudad de México, por lo que prefirió dejarlo en manos de Pánfilo Natera, quien, por desgracia, no pudo con la encomienda. 

Los combates comenzaron el 10 de junio de 1914, mismo día en que también iniciaron los telegramas entre Villa y Carranza sobre el asunto. Sin embargo, nunca lograron ponerse de acuerdo, sólo consiguieron tensar más la relación hasta llegar a la renuncia de Francisco Villa de la comandancia de la División del Norte. Carranza finalmente había dejado fuera al Centauro, pero no contaba con la insubordinación de los jefes villistas, encabezados por Felipe Ángeles, quienes decidieron avanzar hacia Zacatecas para tomarla, cosa que hicieron sin problema. A pesar de que esto significó un triunfo para el constitucionalismo, al Primer Jefe no le gustó que lo hubieran desobedecido y continuó portándose hostil con las tropas villistas. Estos conflictos fueron el preámbulo de una ruptura definitiva, sólo unos meses después. En esta colección integramos algunas comunicaciones entre ambos personajes en distintos momentos del movimiento armado, así como documentación diversa relacionada con esta difícil circunstancia entre ellos.