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Cajones de libros: comercio de ideas y conocimientos en la Nueva España
Portadilla de Cajones de libros: comercio de ideas y conocimientos en la Nueva España

Cajones de libros: comercio de ideas y conocimientos en la Nueva España

Gran parte de la memoria de las sociedades ha sido conservada en esos artefactos que ahora se nos hacen tan comunes, que solemos tener en nuestros hogares y que fascinan a algunos pero asustan a otros: los libros. Aunque ahora los libros se encuentren a nuestro alcance fácilmente, esto es un privilegio de quienes vivimos en el siglo XXI. Durante el periodo novohispano, sólo unos pocos podían acceder a ellos dado que entre su elaboración o producción y su circulación o adquisición por un lector, intervenían múltiples procesos y personas. Además, el control de la producción bibliográfica y la censura antes de imprimir la obra, y una vez impresa, eran los obstáculos más difíciles de sortear por quienes quisieran acceder a ellos.

Así, aunque había imprentas en América, la mayoría de los libros accesibles para la sociedad novohispana habían sido editados en el exterior (España u otros países de Europa) y arribaron a estas tierras mediante el monopolio comercial español establecido en el siglo XVI. Los libros eran transportados por comerciantes peninsulares a través del Atlántico en barcos y en cajones especiales para su manejo y, como cualquier otra mercancía, debían cumplir con los trámites aduanales y pagar los impuestos establecidos en cada etapa del camino. Al llegar la carga al puerto de destino, ésta era distribuida entre comerciantes, tenderos, ambulantes y todo aquel que estuviera interesado.

Los documentos que presentamos en esta colección, resguardados por el AGN, dan cuenta de este complejo pero satisfactorio proceso de intercambio cultural y de conocimientos. Gracias a ellos podemos conocer las listas de los impresos que llegaban a la Nueva España, a las personas que reclamaban los cajones por intereses particulares o comerciales, y nos enteramos de los requisitos que debían de cubrir para hacerse de ellos, así como de las negociaciones con las autoridades a fin de que los libros llegaran finalmente a manos de la sociedad letrada de entonces.