“Al escuchar la música
de una rumba, un danzón, oímos también otros ecos: sonidos que son recuerdos y que, acumulados en
estratos por el tiempo, forman parte de nuestro espíritu. Por eso, tal vez, canturreamos en la mente
esa música donde desfilan las imágenes inolvidables de un mercado de flores, una calle empedrada,
los aromas del melón y la sandía, un cuadro de Tamayo o los alcatraces de Rivera.
Los muros y el espacio del salón Los Ángeles están impregnados de esta música que es nuestra
memoria…”
Vilma Fuentes
“El salón Los Ángeles es patrimonio”
“Un rincón cerca del cielo” en la
colonia Guerrero
La colonia Guerrero no sería lo que es sin las luces de neón encendiéndose, a medida que las
tardes se hacen noche, al frente del Salón Los Ángeles. Vibra la emoción del baile contenido, en
espera, latiendo… El baile que es vida, medicina, anuncio de heridas cerrando, alegría y
sensualidad y gozo brotando en la piel. El Salón Los Ángeles es un espacio desde el cual
recordar que vivir en la Ciudad de México es una aventura cotidiana. En su interior se dan cita
las más singulares expresiones culturales, que han perdurado en el tiempo y se conectan con el
presente de manera decisiva. Manifestaciones todas que despiertan los sentidos a través de los
movimientos, los sonidos, los colores, los rostros, los olores. Con atuendos llamativos y
elegantes, como rastros de época, o sobrios, relajados, alegres, cachondos, dejando ver la
atracción que el Salón Los Ángeles ejerce en mujeres y hombres de todas las edades y todas las
latitudes de esta ciudad, del país y del mundo entero. Es un símbolo de identidad que distingue
a los asiduos, como un tatuaje, y marca a los curiosos que se asoman por primera vez.
En este “rincón cerca del cielo” se mantiene el recuerdo vivo de tiempos en los que la música y
el baile marcaron la pauta y proyectaron propuestas de todo tipo a América Latina, compitiendo
como gran capital del espectáculo con otras grandes metrópolis. Todas las orquestas, músicos,
cantantes, conjuntos de bailarines o singulares parejas de baile han pasado por ahí. Desde el
Salón Los Ángeles se lanzaron muchos de estos personajes hacia la estratósfera del espectáculo.
Contar la historia de este espacio de la memoria es contar la historia de la Ciudad de México,
de las comunidades de la colonia Guerrero, del centro de la ciudad, de la sociedad mexicana y
los cambios de paradigmas culturales de las mujeres y los hombres relacionándose a través del
baile. Podría haber titulado este texto también como: “el Salón Los Ángeles en el ombligo de la
gran metrópoli mexicana”, pero, sin duda alguna, asistir a este rincón es acercarse al
cielo.
Gabriela
Pulido Llano, Directora general de Memoria Histórica y Cultural de
México.
Presentación
Si algo otorga identidad a una ciudad son los espacios que la caracterizan y nunca un lugar
había identificado tanto a la capital mexicana como este mítico salón de baile pues, como
reza el dicho popular, “Quien no conoce
Los Ángeles no conoce México”
Presentación
Si algo otorga identidad a una ciudad son los espacios que la caracterizan y nunca un lugar
había identificado tanto a la capital mexicana como este mítico salón de baile pues, como
reza el dicho popular,
Amante de la fotografía desde siempre, ya en la secundaria tomaba fotos, a escondidas, con la cámara de su padre (una Kodak VR35). En cuanto pudo comenzó a adquirir equipo digital para continuar con su pasión. En el año 2008 un buen amigo de Lionel lo invitó y animó a apoyar al equipo del Salón Los Ángeles; cuando pisó por primera vez la pista de baile y escuchó la música que sólo había oído en vinilos reproducidos por la consola de una tía, en ese preciso momento pudo sentir eso que todos quienes conocen el salón experimentan: se transportó a otra época, aquella que se representa en sus propias paredes en cuadros, imágenes y carteles de las múltiples historias ahí vividas y que al ser observadas por el autor avivaron en él las ganas de documentar a través de la fotografía los sentimientos, las sonrisas y las pasiones de lo que el baile genera y representa en los rostros de las personas que han visitado durante tantos años este maravilloso lugar.
ESPACIOS Para 1948 tuvo lugar una remodelación que llevó a cabo el hijo del fundador, Miguel Nieto Hernández, quien estuvo poco tiempo al frente de Los Ángeles pues murió tempranamente, en 1961. La magia ocurre en un espacio de dos mil metros cuadrados y muros rosados que se iluminan con brillantes luces de neón, enmarcando sus arcos laterales y embelleciendo la barra de la dulcería, las taquillas y su característico guardarropa en estilo art decó que convive con rasgos de la belle époque, representada con sus lámparas de figuras geométricas y sus estilizados gatos negros. En 1992 se reparó nuevamente el salón en un esfuerzo por modernizar sus servicios, y se compraron los terrenos vecinos con el objetivo de ampliar el lugar, cuyo aforo de tres mil personas tenía ahora más espacio y comodidad para desplazarse y bailar a sus anchas.
¡HEY, PACHUCO!
En el Salón Los Ángeles existió un código de vestimenta que exigía saco y
corbata para ellos, y vestido y medias para ellas. En su interior destacaba la
compostura y la propiedad. En este sentido, con el proceso de urbanización de la
ciudad el fenómeno
pachuco
AMOR Y AMISTAD Si el salón pudiera hablar, contaría las mil y una historias de amor y amistad que han nacido, y también terminado, ahí. Relaciones de toda una vida que tiene como común denominador la pasión por la música y el baile. Reunirse a charlar con los amigos y a renovar sus votos que se concretan con un tierno beso es parte de las imágenes habituales de las noches de martes y domingos en que Los Ángeles abre sus puertas a los parroquianos de siempre. al lado de sus parejas.
¡A BAILAR! Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha utilizado su propio cuerpo como una forma de expresión e interacción social. Muchos de los asistentes al Salón Los Ángeles llevan prácticamente toda su vida adulta acudiendo al lugar; en él comparten pasos de baile que provocan en ellos sentimientos de pertenencia y hermandad. ¿Cuántos han conocido ahí, bailando, el amor o a los amigos entrañables con quienes compusieron divertidas coreografías en conjunto? Las siguientes imágenes conforman un gran mosaico en el que Lionel Vega logró capturar instantes únicos que se fijan en fotografías de gran valor para ir forjando la memoria visual de dos artes del tiempo (la danza y la música) que, de no ser por la presencia de un testigo, y su cámara, se perderían en el olvido.
Fotógrafa, curadora y galerista; se formó en la Escuela Activa de Fotografía en México y en el Centro de Enseñanza de la Imagen en Madrid. Fundó la Galería Alternativa en 1983 y tres años más tarde la Galería Kahlo Coronel Arte Contemporáneo y Fotografía, junto con Juan Coronel Rivera, misma que se mantuvo abierta hasta 1991. Al año siguiente inició una exitosa carrera como curadora de arte y, paralelamente, continuó desarrollando su obra, que abarca diversos géneros, entre los cuales destacan sus piezas dedicadas a la arquitectura, sin dejar de mencionar sus retratos, sus imágenes sociales y de autor. Su obra se ha expuesto en México y en el extranjero. En 2006 le fue otorgada la beca de residencia en Markgäflerhof de la Fundación Bartels de Basilea, Suiza.
RINCONES Cuando se encienden las luces los rincones del salón cobran vida y descubren un ambiente festivo. Gracias a la lente de Cristina, los tubos se transforman en figuras que parecieran fruto de una imaginación abstracta, una senda luminosa en tono azul, o aquella que abraza cálidamente una columna que dibuja dos caminos púrpuras que van en sentidos opuestos. Imágenes más figurativas también están presentes en su obra, como la exuberante palmera que evoca un calorcito que inunda el lugar y, por último, la luminiscencia adquiere un sentido que no puede ser más claro que las palabras mismas, cuando con las lámparas de neón se forman letras que además de ubicar rinconcitos muy particulares, como la dulcería de Lionel o un plano casi celestial en donde habitan “Los ángeles”, guiño decorativo que melancólicamente nos lleva al pasado.
PAREJAS Una de las sensaciones que el humano busca por naturaleza es el contacto con los otros, y en la pista de baile se cristaliza este anhelo. Todo alrededor pierde nitidez y sólo el abrazo cadencioso se percibe perfectamente, tal como Cristina Kahlo lo refleja en una imagen en la que una pareja destaca: la mano de él la sujeta con firmeza y atentos ambos al paso siguiente observan el mismo punto en la duela. Con otra pareja logra crear una secuencia fotográfica narrativa cuyo fin es también llegar al contacto y fundirse en la pista al son de la música. Primero se presentan los personajes en un juego de dobles imágenes, en las que el otro se refleja en un espejo colocado estratégicamente en una columna del salón, así adivinamos el futuro encuentro… En espera de la rumbera, el pachuco permanece en la hermosa escalinata donde destaca la elegancia típica de su vestimenta, resalta el zapato bicolor seguido por el firme tono rojo del holgado traje y coronando el conjunto la enorme pluma que sobresale del sombrero. En la siguiente toma se suma la presencia femenina igualmente elegante y ataviada con un vestido carmín que hace juego con el atuendo de él, con quien finalmente hace contacto: se toman el uno al otro dispuestos a disfrutar de la hermosa experiencia que es moverse en la complicidad de una danza que le da sentido a su presencia en el Salón Los Ángeles.
Inició su labor fotográfica a muy temprana edad, cuando aún no cumplía los 20 años. Será en 1967 cuando toma su primer rollo mientras estudia la preparatoria por la mañana y por la tarde pintura en la Academia de San Carlos. Fue seleccionado ganador en la Primera Bienal de Fotografía en 1980, junto con otros 20 fotógrafos. Cabe señalar que era la época en que el medio en México, se consolidaba como lenguaje personal. Admirador de grandes fotógrafos mexicanos como Rodrigo Moya y Graciela Iturbide, ha expuesto su obra fuera de nuestras fronteras, en espacios tan lejanos como Estambul, Rusia y China. El blanco y negro es su lenguaje ideal y el retrato es el género que ha desarrollado con gran maestría. Entre los personajes que ha captado su lente se encuentran los más importantes escritores mexicanos, entre ellos Octavio Paz, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Elena Garro, Carlos Monsiváis, así como Elena Poniatowska, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mario Benedetti y Mario Vargas Llosa, entre muchos otros más, así como intelectuales de las nuevas generaciones como Juan Villoro y Natalia Toledo, a quienes se aproxima siempre con conocimiento de causa y se involucra en su universo.
GRANDES PERSONAJES, GRANDES CÓMPLICES Dentro de la vasta diversidad de asistentes al Salón Los Ángeles se encuentran esos grandes personajes de la vida intelectual y artística que fueron capturados por la cámara del maestro Rogelio Cuéllar. Además de ser asiduos visitantes del salón, lo honraron con sus acciones para apoyarlo y darlo a conocer. Tan cómoda era su estancia en el lugar que no dudaron en convertirlo en el escenario de sus festejos profesionales y personales. Estas destacadas personalidades de la cultura a través de sus escritos, en notas, reportajes, capítulos de libros o en programas televisivos y otras expresiones, hicieron patente su lealtad. Entres estos cómplices podemos mencionar al periodista Carlos Payán, quien aparece mirando frontalmente al fotógrafo mientras que hojea un libro; él solía festejar los aniversarios de La Jornada en el Salón Los Ángeles, al que guarda un cariño especial, al igual que la escritora Natalia Toledo, capturada por la lente en su entorno más cercano, formado por un cálido paisaje tropical. También Cristina Pacheco, a quien observamos rodeada de libros y acompañada de su esposo, el gran escritor José Emilio Pacheco. Cristina ha celebrado sus triunfos profesionales en el salón, como aniversarios de su programa Aquí nos tocó vivir.
UN LUGAR DEMOCRÁTICO Toda suerte de personas, y personalidades, han acudido al salón desde que abrió sus puertas, como un verdadero ejemplo de inclusión. Sin importar la pertenencia a una clase social, fifís y rotos han abarrotado el lugar motivados por el amor al baile o por el disfrute de ver bailar a los demás y, en particular, por formar parte del ambiente de camaradería que inmediatamente se percibe al interior. Incluso sociólogos y antropólogos acuden de cuando en cuando con sus libretas y en lugar de lucirse en la pista se disponen a realizar anotaciones del fenómeno social que representa. En las siguientes fotografías vemos a un sonriente José Luis Cuevas, quien fuera un gran amigo del lugar y asiduo visitante, así como Vilma Fuentes, a quien identificamos siendo fotografiada en su entrañable Ciudad Luz; ella ha sido una férrea defensora, en sus artículos periodísticos, de este espacio que tan cercano es a sus recuerdos. Mención aparte merece el cronista Carlos Monsiváis (que en la imagen aparece acompañado de la historiadora de arte Teresa del Conde y de su entrañable amigo, el artista Juan Soriano), visitante constante de este templo de la música y del baile, tanto así que dejó por escrito el texto “Dancing: El Salón los Ángeles. El que no conoce Los Ángeles tampoco ha leído esta crónica”, como parte del enorme mosaico que conforma la capital mexicana en sus crónicas legendarias.
PERSONAJES DISTINGUIDOS
La lista de personajes distinguidos que han disfrutado de una linda tarde-noche
en el Salón Los Ángeles sería tan larga que este espacio resultaría insuficiente
y pese al esfuerzo queda la sensación de haber olvidado algún nombre importante.
Mencionemos a los famosos músicos y a las grandes orquestas que ahí se han
presentado: Benny Moré, Dámaso Pérez Prado, Toña la Negra, las sonoras
Santanera, Matancera y Dinamita, entre muchos otras, sin olvidar que en sus
muros se consolidó la salsa con la música de Rubén Blades, Willie Colón y Celia
Cruz, seguidos por muchos otros. También han sido acogidas nuevas expresiones
musicales como el rock; baste recordar las presentaciones de Café Tacvba,
Panteón Rococó, La Maldita Vecindad y, más tarde, la inolvidable presencia de
Celso Piña acompañado de Chico Trujillo y su cumbia chilena.
El Salón Los Ángeles ha sido set fotográfico, de filmación y grabación de gran cantidad de eventos, así como sede histórica de negociaciones y, sobre todo, lugar de festejos públicos y privados. A continuación dejamos constancia de los más destacados.
“Y a la mayoría del tiempo
completo se añade otra mayoría, la de quienes ya no tuvieron que claudicar porque había espacios libres,
periodistas, jóvenes, funcionarios, historiadores franceses y gringos eruditos, actrices, socialistas
alivianados, críticos y directores de cine, pintores sin clientela pero con proposición estética básica,
todos pisteando y rumbeando ‘meneando el bote’.”
Carlos Monsiváis
“Dancing: El Salón Los Ángeles.
El que no conoce Los Ángeles tampoco ha leído esta crónica.”
Escenas de pudor y liviandad
(Notas y entrevistas, formato video)