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Reloj y teléfono

Reloj y teléfono

 
 

La trascendencia de Rufino Tamayo en el mundo del arte mexicano es reconocible principalmente por su destacada obra mural. No obstante, se conoce poco su trabajo de caballete, mismo que fue parte de su formación como pintor. Esta pequeña obra de 45 x 43 centímetros da cuenta del desarrollo de su estilo. En ella observamos un reloj despertador que marca las 3 con 36 minutos, y un teléfono de auricular separado; ambos están colocados sobre una mesa verde que contrasta con el azul y el amarillo de los muros, en donde se reconoce una pequeña banca al extremo inferior derecho. Todos los elementos que forman la pieza están trabajados con colores densos y oscuros. En la composición, los dos objetos que dan título a la obra destacan como los protagonistas, ya que el artista los colocó en una perspectiva poco realista en la que su tamaño se presenta demasiado grande respecto al cuadro. En consecuencia, se devela un interés creativo que va más allá de una recreación verosímil del espacio.

 

Esta pintura al óleo, que data de 1925, fue elaborada en el estudio que Tamayo tenía en la calle de Soledad, en el centro de la Ciudad de México. En esta época el artista era dibujante del Departamento Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, en donde básicamente dibujaba piezas prehispánicas, que evidentemente contrastan con esta pintura, cuyo contenido hace referencia a objetos de uso cotidiano de principios del siglo XX.

Material de apoyo:

Alanís, Judith y Sofía Urrutia, Rufino Tamayo. Una cronología 1899-1987, Museo de Arte Contemporáneo-INBA / SEP, México, 1987, 144 pp.

Tamayo, Rufino, Textos de Rufino Tamayo, Raquel Tibol (comp.), UNAM, México 1987, 146 pp.

 

La trascendencia de Rufino Tamayo en el mundo del arte mexicano es reconocible principalmente por su destacada obra mural. No obstante, se conoce poco su trabajo de caballete, mismo que fue parte de su formación como pintor. Esta pequeña obra de 45 x 43 centímetros da cuenta del desarrollo de su estilo. En ella observamos un reloj despertador que marca las 3 con 36 minutos, y un teléfono de auricular separado; ambos están colocados sobre una mesa verde que contrasta con el azul y el amarillo de los muros, en donde se reconoce una pequeña banca al extremo inferior derecho. Todos los elementos que forman la pieza están trabajados con colores densos y oscuros. En la composición, los dos objetos que dan título a la obra destacan como los protagonistas, ya que el artista los colocó en una perspectiva poco realista en la que su tamaño se presenta demasiado grande respecto al cuadro. En consecuencia, se devela un interés creativo que va más allá de una recreación verosímil del espacio.

Esta pintura al óleo, que data de 1925, fue elaborada en el estudio que Tamayo tenía en la calle de Soledad, en el centro de la Ciudad de México. En esta época el artista era dibujante del Departamento Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, en donde básicamente dibujaba piezas prehispánicas, que evidentemente contrastan con esta pintura, cuyo contenido hace referencia a objetos de uso cotidiano de principios del siglo XX.

Material de apoyo:

Alanís, Judith y Sofía Urrutia, Rufino Tamayo. Una cronología 1899-1987, Museo de Arte Contemporáneo-INBA / SEP, México, 1987, 144 pp.

Tamayo, Rufino, Textos de Rufino Tamayo, Raquel Tibol (comp.), UNAM, México 1987, 146 pp.

 
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