Alberto Gironella perteneció a la denominada Generación de la Ruptura que, alrededor de la década de los cincuenta del siglo XX, se alejó de la tradición del muralismo de la Escuela Mexicana de Pintura, que centraba su atención en el mundo indígena y revolucionario a través de los murales. La nueva tendencia se ocupó de temas universales desde una perspectiva cosmopolita. Alejada de fórmulas y de un estilo definido puso distancia en el interés de recrear de manera realista sus representaciones. Recuerdos del porvenir es un ejemplo de ello. Es posible reconocer en la obra la figura de una calavera ataviada con un manto rojo lleno de flores coloridas, que contrasta con la rama seca y oscura que se coloca al frente, en el extremo derecho en un primer plano. A espaldas del personaje, a la izquierda, flores más grandes la arropan en una suerte de respaldo, y en el lado opuesto se pierde la claridad en pinceladas gruesas de un rojo intenso mezclado con otras tonalidades. Se adivina una figura femenina que el pintor remata con un tocado indescifrable en la cabeza.
El contraste más marcado tiene lugar en el fondo oscuro de la parte superior, cuyos círculos rompen con la monotonía de un color casi uniforme. Gironella elabora en 1977, en París, una serie de calaveras inspirado en las de Van Gogh. Este óleo de 100 x 80 centímetros se inserta en esa tendencia que, pese a ser todavía figurativa, va perdiendo la obsesión por una imitación exacta de la realidad, ya que fluctúa en medio de la representación verídica y la abstracción.
Material de apoyo:
Coronel Rivera, Juan Rafael y Emiliano Gironella (coords.), Alberto Gironella, Océano/ Vital/ Américo Arte, México, 2002, 197 pp.
Iturbe, Mercedes (coord.), Alberto Gironella, Barón de Beltenebros, INBAL/ Editorial RM, México, 2003, 168 pp.
Alberto Gironella perteneció a la denominada Generación de la Ruptura que, alrededor de la década de los cincuenta del siglo XX, se alejó de la tradición del muralismo de la Escuela Mexicana de Pintura, que centraba su atención en el mundo indígena y revolucionario a través de los murales. La nueva tendencia se ocupó de temas universales desde una perspectiva cosmopolita. Alejada de fórmulas y de un estilo definido puso distancia en el interés de recrear de manera realista sus representaciones. Recuerdos del porvenir es un ejemplo de ello. Es posible reconocer en la obra la figura de una calavera ataviada con un manto rojo lleno de flores coloridas, que contrasta con la rama seca y oscura que se coloca al frente, en el extremo derecho en un primer plano. A espaldas del personaje, a la izquierda, flores más grandes la arropan en una suerte de respaldo, y en el lado opuesto se pierde la claridad en pinceladas gruesas de un rojo intenso mezclado con otras tonalidades. Se adivina una figura femenina que el pintor remata con un tocado indescifrable en la cabeza.
El contraste más marcado tiene lugar en el fondo oscuro de la parte superior, cuyos círculos rompen con la monotonía de un color casi uniforme. Gironella elabora en 1977, en París, una serie de calaveras inspirado en las de Van Gogh. Este óleo de 100 x 80 centímetros se inserta en esa tendencia que, pese a ser todavía figurativa, va perdiendo la obsesión por una imitación exacta de la realidad, ya que fluctúa en medio de la representación verídica y la abstracción.
Material de apoyo:
Coronel Rivera, Juan Rafael y Emiliano Gironella (coords.), Alberto Gironella, Océano/ Vital/ Américo Arte, México, 2002, 197 pp.
Iturbe, Mercedes (coord.), Alberto Gironella, Barón de Beltenebros, INBAL/ Editorial RM, México, 2003, 168 pp.
