De los retratos de Tomás Montero sobresalen los de niños. Producidos para revistas ilustradas como reportajes sobre beneficencia infantil, escuelas, reformatorios o juzgados, los retratos de Montero rebasan los requisitos testimoniales del encargo; en ellos, el fotógrafo moreliano muestra su persistente preocupación por el desarrollo social, así como su profunda capacidad de compasión humanitaria. Producidas a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, sus fotografías anteceden a las que sobre el mismo tema realizaron una década después Nacho López y Héctor García.
Los niños son un tema recurrente en la fotografía de Tomás Montero Torres. Este retrato fue realizado en una de varias incursiones del fotógrafo en instituciones de beneficencia infantil.