Margi
  — nación

Vista de una vivienda comunitaria.

México, D.F., agosto de 1951.

Aunque una buena parte de la fotografía periodística de Tomás Montero está dictada por el interés de las revistas ilustradas de difundir la imagen “moderna” que quería promover el gobierno de Miguel Alemán, sus reportajes más propios e independientes se asocian con la pobreza y la marginación. En este caso, retrata el hacinamiento de las viviendas improvisadas bajo un puente de la Ciudad de México.

Como todo fotoperiodista, Montero Torres tuvo que cumplir encargos típicos como cubrir eventos sociales y políticos, hacer retratos para entrevistas, registrar un acontecimiento noticioso. Sorteando las limitaciones del trabajo periodístico, Montero desarrolló series de fotografías en las que logró expresar sus valores políticos y católicos: son sus imágenes de crítica política, religión y descripción de la pobreza, verdaderos ensayos más que reportajes.

Si algo caracteriza a Tomás Montero es su profundo sentido de compasión y preocupación social: de ahí, que muchas de sus imágenes puedan entenderse como una reflexión sobre los aspectos humanos de la marginación social. Algunas de sus series más destacadas –las de niños, presos, indígenas, braceros y mujeres trabajadoras, todos ellos pobres– pueden considerarse como un antecedente de lo que harán fotógrafos como Nacho López, Héctor García y Rodrigo Moya una década después.

Retrato de menor en un tribunal.

Retrato de menor en un tribunal.

México, D.F., ca. 1950.

Un delincuente adolescente posa tímidamente para la cámara, en un reportaje sobre los tribunales de menores en la Ciudad de México: un retrato poderoso que muestra la afinidad de Montero con los temas de pobreza y marginación.


Retrato de niña tarahumara.

Retrato de niña tarahumara.

Sisoguichic, Chihuahua, septiembre de 1953.

Esta niña se ha desamarrado la tela que las mujeres tarahumaras usan desde jóvenes para cubrirse la cabeza. El fotógrafo logró así captar su mirada, a un tiempo inocente y desafiante. Para 1950, más del 80 por ciento de la población indígena de Chihuahua estaba conformada por rarámuris, la mayoría de los cuales no hablaban español.


Un pequeño Quijote.

Un pequeño Quijote.

México, D.F., ca. 1950.

Como un Quijote, un niño posa con gallardía para el retrato. Lleva bien puesto el sombrero y como escudo carga una vieja tapadera. En lugar de armadura y botas, viste ropas raídas y huaraches de cuero. Con una bolsa en mano, un rebozo a cuestas y aditamentos que encontró en su camino, parece estar listo para cualquier aventura.