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La buena fama durmiendo

La buena fama durmiendo

 
 

Institución: Mexicana- Museo de Arte Moderno

Manuel Álvarez Bravo, en el año de 1922, decidió dedicarse de forma profesional a la fotografía, tres años después obtuvo su primer premio en un concurso local de Oaxaca, y en 1929 participó en una exposición en el Palacio de Bellas Artes. Capturó a grandes personajes de la historia, como León Trotsky, Frida Kahlo, Luis Buñuel y Juan Rulfo, entre muchos otros. En los años treinta volvió a participar en una exposición en el Palacio de Bellas Artes junto con Henri Cartier-Bresson (fotógrafo francés, considerado como padre del fotorreportaje), la cual también se expuso en Nueva York, lo que le dio fama mundial al mexicano.

 

Dicho trabajo captó la atención de artistas surrealistas y, en 1939, André Breton escribió que la principal virtud estética de las fotografías de Álvarez Bravo era que “toda casualidad parece excluida”. Desde ese momento sus obras se divulgaron a otros continentes. Fue precisamente Bretón quien le solicitó hacer una fotografía para una exposición que se llevaría a cabo en Francia; es así como se dio a la tarea de realizar esta pieza llamada La buena fama durmiendo, siendo realizada en las instalaciones de la Academia de San Carlos, donde él había estudiado. La imagen muestra a una mujer semidesnuda, vendajes cubren sus muñecas y tobillos, a los lados observamos cactáceas con grandes espinas que de cierta manera le impiden moverse y, sin embargo, la vemos cerrando los ojos, tranquila y en actitud reflexiva.

 

En una entrevista en 2013 a Aurelia Álvarez Bravo, directora del Archivo Manuel Álvarez Bravo e hija del artista, ésta comentó que su padre siempre se inspiró en la literatura. Es por eso que la fotografía presentada aquí deriva del famoso dicho “Haz fama y échate a dormir”. Con los años, sus exposiciones ya se podían encontrar en Alemania, España, China, Francia y, claro, en México. Recibió múltiples premios, dentro y fuera del país. En 1997 el periódico francés Liberation lo consideró como “El padre de la fotografía mexicana”.

 

Para los últimos años de su vida, inauguró el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca y, en el 2000, de acuerdo con la Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de Guadalajara, “presentó [...] su archivo fotográfico con 2,300 imágenes”. Y es que el trabajo del fotógrafo se caracterizó por retratar la vida tradicional mexicana, el cubismo, el pictorialismo y las estéticas modernas.

Material de apoyo:

Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de Guadalajara, Álvarez Bravo, Manuel, México, tomo quinto. Los universitarios contemporáneos, 1925-2017. Consultado aquí.

Fundación MAPFRE, Manuel Álvarez Bravo-Testimonio, 2013. Consultado aquí.

Museo J. Paul Getty, La buena fama durmiendo, 1989. Consultado aquí.

 

Institución: Mexicana- Museo de Arte Moderno

Manuel Álvarez Bravo, en el año de 1922, decidió dedicarse de forma profesional a la fotografía, tres años después obtuvo su primer premio en un concurso local de Oaxaca, y en 1929 participó en una exposición en el Palacio de Bellas Artes. Capturó a grandes personajes de la historia, como León Trotsky, Frida Kahlo, Luis Buñuel y Juan Rulfo, entre muchos otros. En los años treinta volvió a participar en una exposición en el Palacio de Bellas Artes junto con Henri Cartier-Bresson (fotógrafo francés, considerado como padre del fotorreportaje), la cual también se expuso en Nueva York, lo que le dio fama mundial al mexicano.

Dicho trabajo captó la atención de artistas surrealistas y, en 1939, André Breton escribió que la principal virtud estética de las fotografías de Álvarez Bravo era que “toda casualidad parece excluida”. Desde ese momento sus obras se divulgaron a otros continentes. Fue precisamente Bretón quien le solicitó hacer una fotografía para una exposición que se llevaría a cabo en Francia; es así como se dio a la tarea de realizar esta pieza llamada La buena fama durmiendo, siendo realizada en las instalaciones de la Academia de San Carlos, donde él había estudiado. La imagen muestra a una mujer semidesnuda, vendajes cubren sus muñecas y tobillos, a los lados observamos cactáceas con grandes espinas que de cierta manera le impiden moverse y, sin embargo, la vemos cerrando los ojos, tranquila y en actitud reflexiva.

En una entrevista en 2013 a Aurelia Álvarez Bravo, directora del Archivo Manuel Álvarez Bravo e hija del artista, ésta comentó que su padre siempre se inspiró en la literatura. Es por eso que la fotografía presentada aquí deriva del famoso dicho “Haz fama y échate a dormir”. Con los años, sus exposiciones ya se podían encontrar en Alemania, España, China, Francia y, claro, en México. Recibió múltiples premios, dentro y fuera del país. En 1997 el periódico francés Liberation lo consideró como “El padre de la fotografía mexicana”.

Para los últimos años de su vida, inauguró el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca y, en el 2000, de acuerdo con la Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de Guadalajara, “presentó [...] su archivo fotográfico con 2,300 imágenes”. Y es que el trabajo del fotógrafo se caracterizó por retratar la vida tradicional mexicana, el cubismo, el pictorialismo y las estéticas modernas.

Material de apoyo:

Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de Guadalajara, Álvarez Bravo, Manuel, México, tomo quinto. Los universitarios contemporáneos, 1925-2017. Consultado aquí.

Fundación MAPFRE, Manuel Álvarez Bravo-Testimonio, 2013. Consultado aquí.

Museo J. Paul Getty, La buena fama durmiendo, 1989. Consultado aquí.

 
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