Francisco, Julio, Cándido, Faustino y Pablo formaban el colectivo Hermanos Mayo. Ni todos eran hermanos entre sí, ni se apellidaban Mayo, pero compartían convicciones y el gusto por la fotografía. Paco, Julio y Cándido pertenecían a la familia Souza Fernández; los dos primeros eran fotógrafos, mientras que Cándido, el menor, se dedicaba al revelado, la catalogación y la entrega de negativos. Por su parte, Faustino y Pablo eran los hermanos del Castillo Cubillo; el primero trabajó con el fotógrafo José María Díaz Casariego y con el escritor Adolfo Sánchez Vázquez, contactos que lo apoyaron en su salida de España.
Paco pronto fue reconocido como fotorreportero por sus tomas controvertidas. Siempre interesado en las luchas laborales, se unió a distintas causas, como la de los mineros asturianos, lo que lo llevó a ser perseguido por la policía y a cambiar el nombre de su agencia de Foto Souza a Foto Hermanos Mayo, en la que integró a su amigo Faustino y al hermano de éste.
El grupo adoptó el seudónimo para evitar la persecución, pero también para mostrar su afinidad con la clase trabajadora. Según su propia anécdota, el sobrenombre surgió luego de que Paco y Faustino tomaran unas fotografías de la represión que la Guardia Civil española ejerció contra los obreros durante la marcha del 1º de mayo de 1930, que dejó como saldo varios muertos y heridos. Las imágenes fueron publicadas en los periódicos y se conocieron como las “fotos de mayo”; de ahí tomaron el nombre.
Aunque el ideólogo del grupo y el más interesado en la política fue Paco, vivir la Guerra Civil española forjó en todos ellos una tremenda conciencia social (Julio se unió a la lucha armada, mientras que Faustino y Cándido estuvieron en campos de concentración en Francia) y los volvió afines no sólo con los republicanos, sino con las causas de izquierda en general, con la clase trabajadora y con los desamparados. Esto se reflejó en su producción fotográfica, pues, aunque eran varias manos y ojos trabajando, la forma de encuadrar a las personas, sobre todo durante las manifestaciones sociales, conservó una uniformidad estética y discursiva.
Los Hermanos Mayo llegaron a México como parte del grupo de exiliados españoles durante el gobierno de Lázaro Cárdenas. Faustino, Paco y Cándido arribaron a Veracruz en el Sinaia, el primer barco de refugiados.
Lista de refugiados españoles que se embarcaron hacia México en el vapor Sinaia. Aparecen los nombres de Faustino Castillo Cubillos [sic] “Mayo” y la familia Souza Fernández, pp. 30 y 42.
Desde su llegada a México en 1939, los Hermanos Mayo capturaron gran parte de la vida nacional: presidentes, políticos, artistas, escritores, deportistas, activistas, trabajadores y estudiantes quedaron inmortalizados en sus encuadres, en los que también incluyeron sus intereses personales, como el futbol (Pablo) o las corridas de toros (Faustino).
Trabajaron para diversos periódicos y revistas: El Popular, La Prensa, Hoy, Mañana, Siempre!, Tiempo, Sucesos, Time, Life, Tricolor, Más y El Día. A diferencia de otros fotorreporteros, ellos conservaron sus negativos, lo que les permitió no sólo publicar en diferentes medios sino exponer su trabajo en otros ámbitos y más tarde poner su acervo bajo el resguardo del Archivo General de la Nación (agn), donde actualmente se encuentra; esto los convirtió, en palabras del historiador John Mraz, en el “colectivo de fotoperiodistas más prolífico en la historia de América Latina”.
1. Aunque diversas fuentes aseguran que el Fondo Archivo Fotográfico Hermanos Mayo consta de cinco millones de negativos, el agn, que ya ha terminado las labores de descripción de todo el material, tiene contabilizados 64,478 sobres con 1,589,906 exposiciones fotográficas.
2. Se dice que estos fotógrafos introdujeron en México la cámara Leica de 35mm, sin embargo, José Antonio Rodríguez, en su icónica columna “Clicks a la distancia”, aseguró que, si bien esta cámara no era la favorita de los fotoperiodistas, Franz Mayer y Hugo Brehme ya la utilizaban en nuestro país.
“Hermanos Mayo”, Clicks a la distancia, columna de El Financiero, 24 de julio de 2003.
Los Hermanos Mayo lograron capturar una ciudad extremadamente pintoresca y en constante transformación, que utilizaron como musa y campo de tiro preferido debido a la diversidad de tomas que permitía: las de la modernidad, las de la carencia, las de la disparidad social y las de la lucha inacabable por mejores condiciones de vida.
Sus imágenes muestran una hermandad que trascendió la consanguinidad y la amistad, y que a través de un dominio de la técnica y una postura política compartida les permitió consolidarse como un colectivo, tanto ideológica como estéticamente, separándose de la fotografía de autor para posicionarse como testigos de la cotidianidad mexicana y como críticos de una realidad social que no podían denunciar abiertamente debido a su condición de extranjeros y exiliados, pero que mostraron con maestría en encuadres que retratan la violencia, el abuso de poder, la injusticia, la desigualdad y la represión.
Al contrario de lo que ocurría con diversos fotógrafos extranjeros, Paco, Faustino, Julio y Pablo se preocuparon por no victimizar a quienes retrataron en circunstancias difíciles, y esto se nota en las tiras de negativos que contienen varias tomas de las mismas personas y que dan cuenta de una búsqueda de la mirada cómplice, firme e incluso retadora de sus fotografiados.
Es imposible mostrar todo este trabajo en una exposición digital, por ello Memórica. México, haz memoria ha seleccionado una pequeña parte del acervo que muestra la memoria de la Ciudad de México, de sus habitantes y de sus momentos convulsos.
A lo largo de toda su producción, los Hermanos Mayo retrataron a personas que generalmente son excluidas del relato histórico hegemónico y con ello lograron cuestionar a la sociedad mexicana y a sus gobernantes.
El Fondo Archivo Fotográfico Hermanos Mayo es resguardado por el Archivo General de la Nación. Llegó a esta institución en tres momentos: en una compraventa realizada en 1982 que abarca 17 secciones establecidas por los fotógrafos; en una donación de 1994 que comprende 13 secciones; y en 2005, cuando la familia de Cándido Mayo donó objetos sobre la agencia y reconocimientos personales.
Este acervo, como todos los que resguardan las paredes del Palacio de Lecumberri, es de libre acceso para el público en general (es necesario hacer una cita, llevar guantes y cubrebocas), y su consulta es posible gracias al trabajo de varias áreas de la institución. Alma del Carmen Vázquez Morales, quien lleva 30 años trabajando en el Archivo y ahora es jefa del Departamento de Procesos Archivísticos y Preparación de Documentos Iconográficos y Audiovisuales, aseguró que ella y otras 11 personas, jóvenes de servicio social y becarios realizan las tareas de organización, diagnóstico, descripción, preparación de documentos para digitalización, cotejo y revisión de los instrumentos de consulta, y durante este sexenio han logrado describir todo el Fondo, para hacer que la consulta sea más fácil para usuarias y usuarios.
Alma conoció a Faustino y Julio y es admiradora de su trabajo tanto fotográfico como de clasificación, y de su calidad humana. Cuenta que Julio Mayo siempre reconoció a quienes trabajaban con su acervo al interior de la institución. El Fondo de los Hermanos Mayo llegó al agn en unas carpetas de color café ordenadas dentro de cajas de madera y clasificado en las secciones que conocemos ahora, tal y como se encontraba originalmente en el laboratorio fotográfico: “me sorprendió la manera como clasificaron su información para que también les fuera útil, fue muy bien trabajada: la forma en que la organizaron, la clasificaron, la ordenaron, porque por ejemplo esta sección de cronológico ya viene con un número de sobre. [...] todo eso fue planeado muy bien”.
El agn automatizó toda esa información de décadas hasta convertirla en bases de datos que hoy por hoy hacen que la búsqueda de temas específicos sea mucho más ágil y productiva. En ésta se respetó el orden original creado por el colectivo y se recuperaron las referencias que existen entre sobres, además de que se completó la información: “a veces las informaciones son muy generales. Entonces cuando a los documentos o los expedientes, los sobres, podíamos nosotros agregarle más información en nuestro título o en nuestro alcance y contenido, pues la información sí se agregaba”.
Una de las complicaciones para describir el Fondo es que los negativos son difíciles de revisar, se debe tener sumo cuidado, utilizar lupa y cuentahílos e ir identificando a quienes aparecen en las imágenes: “tenemos fuentes que nos ayudan también, listas de organizaciones, listas de agrupaciones, personajes, los presidentes que vamos teniendo en turno y pues el uso del internet, que tenemos ese apoyo para cualquier situación que queremos buscar, pues de inmediato confirmamos. Eso sí, hemos tratado de que las descripciones sean lo más reales, directas y que realmente comprendan la descripción de lo que viene. Si hay información que definitivamente no localizamos, no identificamos, pues bueno [se queda] este personaje sin identificar. Llegamos a este nivel porque tampoco vamos a agregar información que no es verdadera, que no tenemos la certeza de que existe o existió”. La información que se agrega es de utilidad para los usuarios y se registra para apoyar a la búsqueda de información.
La recomendación de Alma Vázquez para toda la población es “que se acerquen al Archivo General de la Nación y que soliciten consultar bases de datos o los instrumentos de consulta que existen del Fondo, en sus diversas secciones”, ya que las labores de catalogación, almacenaje y preservación realizadas hasta ahora no tienen ningún sentido si el acervo no se difunde, “es lo que necesita también la institución para que la gente conozca, sepan que existe, qué información hay, para qué nos puede servir”.
Aunque la descripción del Archivo Fotográfico Hermanos Mayo ya se completó, falta lograr que “todo el material esté en buenas condiciones, que todo lo tengamos estabilizado con guardas de primer y segundo nivel. Eso es lo que nos hace falta, contar con más recursos para insumos, para que el material se siga conservando como hasta ahora”. El siguiente paso es lograr la digitalización completa del acervo, aunque es una tarea muy larga debido a la cantidad de imágenes.
El material digitalizado ya se encuentra en Memórica. México, haz memoria. Y para conocer más detalles de la experiencia de Alma Vázquez con el acervo de los Hermanos Mayo se recomienda consultar próximamente el boletín institucional del agn.
Castillo Troncoso, Alberto del, La fotografía y la construcción de un imaginario: ensayo sobre el movimiento estudiantil de 1968, México, Instituto Mora / unam-issue, 2012.
Mraz, John, Historiar fotografías, Oaxaca, uabjo-Instituto de Investigaciones en Humanidades, 2018.
, Looking for Mexico: Modern Visual Culture and National Identity, Durham, Duke University Press, 2009.
Mraz, John y Jaime Vélez, Trasterrados: braceros vistos por los Hermanos Mayo, México, Secretaría de Gobernación, 2005.
Tolosa Sánchez, Guadalupe y María Luisa Hernández Ríos, Memoria e imágenes: los Hermanos Mayo en archivos mexicanos y españoles, México, Conaculta-inbal, Cenidiap / Estampa Artes Gráficas, 2013.
Se agradece a las instituciones que facilitaron los recursos para la presente exposición y a
todas aquellas personas cuyo trabajo hace posible la consulta de los acervos:
Archivo General de la Nación
Mediateca inah
A Alma del Carmen Vázquez por compartir su valiosa experiencia laboral con el Archivo
Fotográfico
Hermanos Mayo.
A Rodrigo Moreno por las facilidades para la consulta de los materiales.
A Diego Castillo y al personal del área de Digitalización por su valioso trabajo.
A Julio Caballero por sus puntuales comentarios para la realización de este guión.
Archivo General de la Nación / Memoria Histórica
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