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Expediente 84

Expediente 84

 
 

Expediente 84 [petición para traer agua a la Ciudad de México]

Institución: Archivo General de la Nación

Cuando los conquistadores arribaron a la Gran Tenochtitlan se encontraron con una ciudad sobre agua. Desde el siglo xvi y durante todo el periodo colonial este líquido vital se convirtió en un constante incidente y en una gran necesidad. Mientras se afianzó la presencia europea en el valle, sobre todo durante las batallas, este recurso fue para los mexicas una especie de fortaleza natural pues restringía el acceso a la ciudad haciéndola casi inaccesible, siendo las canoas la única forma de entrar en ella.

 

Luego del 13 de agosto de 1521, día de la caída de Tenochtitlan, las cosas cambiaron. Con una concepción de urbanidad distinta a la de los mexicas, los recién llegados buscaron desaparecer toda huella de sus predecesores, destruyeron el albardón de Nezahualcóyotl y los acueductos de cal y canto. Se erigió una ciudad con traza cuadriculada al estilo europeo y para tener un mayor control sobre el agua se mandaron cerrar los canales. Cabe destacar que contamos con abundantes testimonios sobre qué pasó después; tal es el caso del expediente de esta entrada.

 

En el expediente 84, escrito el 16 de julio de 1655, nos encontramos con la petición urgente del procurador mayor de la Ciudad de México, el cual pide que se induzca el agua de San Bartolomé a la zona por medio del acueducto de Santa Fe, para que ésta sea de provecho para los barrios más pobres. Asimismo, se habla del recurso hídrico en un ámbito público, ya que los manantiales de San Bartolomé pertenecían a la orden de los carmelitas, poseedores del Santo Desierto de los Leones, apelando en todo momento al bien común que generaría esta medida para toda la población.

 

Es importante recalcar que en los años en que fue expedido este documento la ciudad tuvo un gran aumento poblacional y, aunado a esto, la carestía de agua se hizo presente, ya que la estructura de los arcos no estaba en buenas condiciones. En este sentido, se hace mención de las recomendaciones del Protomedicato, institución de la Nueva España que fue un tribunal constituido en 1628 con el objetivo de vigilar el ejercicio y la enseñanza de la medicina, así como para cuidar la higiene y salubridad públicas. En este manuscrito también se menciona el costo de la obra generado por las reparaciones del acueducto y que el dinero para éste se obtendría de los impuestos de la venta de pulque.

 

Material de apoyo:

Dueñas, Pablo, “¿Qué avenidas importantes de la ciudad de México eran caudalosos ríos de agua cristalina?”, en Relatos e Historias de México, México, Editorial Raíces, 2019. Recuperado de esta página.

Escobar, Bogar, “La cuenca Lerma-Chapala. El agua de la discordia”, en Gestión y Política Pública, cide, vol. XV, núm. 2. Disponible aquí (237 KB).

 

Expediente 84 [petición para traer agua a la Ciudad de México] Institución: Archivo General de la Nación

Cuando los conquistadores arribaron a la Gran Tenochtitlan se encontraron con una ciudad sobre agua. Desde el siglo xvi y durante todo el periodo colonial este líquido vital se convirtió en un constante incidente y en una gran necesidad. Mientras se afianzó la presencia europea en el valle, sobre todo durante las batallas, este recurso fue para los mexicas una especie de fortaleza natural pues restringía el acceso a la ciudad haciéndola casi inaccesible, siendo las canoas la única forma de entrar en ella.

Luego del 13 de agosto de 1521, día de la caída de Tenochtitlan, las cosas cambiaron. Con una concepción de urbanidad distinta a la de los mexicas, los recién llegados buscaron desaparecer toda huella de sus predecesores, destruyeron el albardón de Nezahualcóyotl y los acueductos de cal y canto. Se erigió una ciudad con traza cuadriculada al estilo europeo y para tener un mayor control sobre el agua se mandaron cerrar los canales. Cabe destacar que contamos con abundantes testimonios sobre qué pasó después; tal es el caso del expediente de esta entrada.

En el expediente 84, escrito el 16 de julio de 1655, nos encontramos con la petición urgente del procurador mayor de la Ciudad de México, el cual pide que se induzca el agua de San Bartolomé a la zona por medio del acueducto de Santa Fe, para que ésta sea de provecho para los barrios más pobres. Asimismo, se habla del recurso hídrico en un ámbito público, ya que los manantiales de San Bartolomé pertenecían a la orden de los carmelitas, poseedores del Santo Desierto de los Leones, apelando en todo momento al bien común que generaría esta medida para toda la población.

Es importante recalcar que en los años en que fue expedido este documento la ciudad tuvo un gran aumento poblacional y, aunado a esto, la carestía de agua se hizo presente, ya que la estructura de los arcos no estaba en buenas condiciones. En este sentido, se hace mención de las recomendaciones del Protomedicato, institución de la Nueva España que fue un tribunal constituido en 1628 con el objetivo de vigilar el ejercicio y la enseñanza de la medicina, así como para cuidar la higiene y salubridad públicas. En este manuscrito también se menciona el costo de la obra generado por las reparaciones del acueducto y que el dinero para éste se obtendría de los impuestos de la venta de pulque.

Material de apoyo:

Dueñas, Pablo, “¿Qué avenidas importantes de la ciudad de México eran caudalosos ríos de agua cristalina?”, en Relatos e Historias de México, México, Editorial Raíces, 2019. Recuperado de esta página.

Escobar, Bogar, “La cuenca Lerma-Chapala. El agua de la discordia”, en Gestión y Política Pública, cide, vol. XV, núm. 2. Disponible aquí (237 KB).

 
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