El pueblo El Quemado –ubicado en el municipio de Atoyac en el estado de Guerrero– fue ocupado en una operación militar por el Ejército Mexicano en septiembre de 1972; la mayoría de sus pobladores fueron acusados de haber participado en la emboscada contra un convoy militar, realizada el 23 agosto de ese año, en el Arroyo Oscuro, por la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (bca), brazo armado del Partido de Pobres (pdlp) encabezado por Lucio Cabañas Barrientos. La detención se llevó a cabo en el mismo poblado; los militares torturaron por varios días a los hombres cautivos en una casa desocupada. Posteriormente, se les trasladó a la ciudad de Atoyac y de allí a la cárcel de Acapulco.
Avelina Morales Piza
Fecha de nacimiento: 8 de mayo de 1947
Foto: Fabiola Eneida Martínez Ocampo
Eliseo Morales Piza
Fecha de nacimiento: 13 junio de 1952
Foto: Fabiola Eneida Martínez Ocampo
Eduardo Martínez Salas
Fecha de nacimiento: 13 de octubre de 1962
Foto: Fabiola Eneida Martínez Ocampo
En El Quemado quedaron unos 12 hombres adultos, el resto mujeres; Custodia García Morales recuerda: "El montón [de soldados] y solitas puras mujeres solitas; digo: ¡ay, Dios mío!, que no nos vayan a hacer algo también a nosotras". Por doquier había militares, sobre todo rodeando el pueblo. Ellas no podían salir a inspeccionar sus cultivos; tenían prohibido cuidar a sus animales y les estaba negado comprar suficientes alimentos. En los retenes les requisaron los víveres que llevaban de más.
Sus maridos, hermanos, padres o hijos detenidos habían sido trasladados primero a Atoyac y después a Acapulco sin que ellas supieran su paradero. Fue allí que la “justicia” los sentenció a 30 años por haber participado en la emboscada contra el Ejército. Paradójicamente, los condenados no conocían en persona a Lucio Cabañas.
Sin embargo, refieren los sentenciados que, debido a amnistías, sólo estuvieron un tiempo en la cárcel, algunos unos meses, un par de años y, como recuerda Manuel Morales: 25 hombres fueron los últimos que salieron, éstos estuvieron encarcelados cuatro años dos meses. Esta represión hacia la comunidad fue resultado del terrorismo de Estado que se perpetró no sólo en Guerrero, sino en todo el país en los años sesenta hasta los ochenta.
El Quemado no sería la única población atacada por el Ejército, pero fue un modelo de operación en contra de los habitantes y campesinos de toda la sierra.
La lista de las víctimas del terrorismo de Estado es larga y poco el tiempo que queda para hacer justicia, pues el fin de la Comisión para el Acceso a la Verdad, Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990 está por concluir su existencia (septiembre de 2024). Es perentorio llevar a juicio a los responsables –desde la cúpula hasta el de menor rango– de los horrores que vivieron habitantes de las zonas ocupadas por el Ejército o pueblos arrasados o bombardeados. Las mujeres y hombres que me otorgaron sus testimonios exigen a 51 años de distancia –del crimen cometido contra ellas y ellos– una justicia con la memoria en las manos.
En algún sendero de El Quemado, Atoyac, Guerrero, julio de 2014.
Foto: Fabiola Eneida Martínez Ocampo.