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El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña

El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña

 
 

El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña
Autor: Jesús Galindo y Villa

Los museos son espacios donde se exhiben muestras representativas de la cultura material producida por hombres y mujeres a lo largo del tiempo. En un inicio, el museo se creó para el estudio y la investigación, después se destinó al aprendizaje y al esparcimiento y, sin perder estas funciones, se transformó en el depósito oficial para proteger la memoria de los pueblos. Enlazar el pasado con el presente mediante una serie de objetos que conectan al espectador con sus ancestros, unir lo remoto con su cotidianidad, ha sido una tarea larga que en México dio inicio gracias a la fundación del Museo Nacional el 18 de marzo de 1825.

 

Desde ese momento, los esfuerzos de quienes se encontraban interesados en difundir la importancia de los vestigios arqueológicos del pasado prehispánico mexicano tomaron forma cada vez más definida, pero no fueron suficientes. El museo no funcionó de inmediato, principalmente porque el local elegido no era el establecimiento idóneo para la conservación y la exhibición de la “antigüedad mexicana”. Fue con el efímero imperio de Maximiliano, en 1865, cuando se le asignó al museo un local más apropiado, a un costado de Palacio Nacional, en el antiguo edificio de la extinta Casa de Moneda, donde permanecería por 100 años más.

 

Fue a estas instalaciones donde Jesús Galindo y Villa ingresó como copista en el año de 1887 y conoció al historiador don Francisco del Paso y Troncoso, quien se convertiría en su maestro y guía. Ingeniero de profesión, don Jesús traía en las venas el amor por la historia y la educación. Su labor en el museo y el acceso al acervo que éste resguardaba lo hicieron un experto en la antigüedad mexicana. Para 1896 era encargado del Departamento de Historia y Arqueología y en 1915 se convirtió en director del establecimiento. Ahí, Galindo y Villa se encargó de formar a varias generaciones de científicos sociales y bibliotecarios gracias a sus cursos de historia, geografía y archivística. A esto hay que agregar que fue uno de los primeros estudiosos interesados en rescatar la historia del Museo Nacional por medio de la publicación que presentamos en esta ocasión.

 

El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña no es sólo un resumen de los acontecimientos que rodearon la creación y el desarrollo de este emblemático sitio; también contiene reflexiones acerca del museo como un lugar dedicado a la difusión de la ciencia y la historia mexicanas, cuestiona su función como mero almacén de curiosidades y abre la posibilidad de convertirlo en un espacio para el pueblo. El libro explica la organización del local como un centro de investigación, y también da a conocer el tipo de objetos custodiados, preservando así el delicado hilo de la memoria que une a los mexicanos con las culturas de su antigüedad remota.

 

El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña
Autor: Jesús Galindo y Villa

Los museos son espacios donde se exhiben muestras representativas de la cultura material producida por hombres y mujeres a lo largo del tiempo. En un inicio, el museo se creó para el estudio y la investigación, después se destinó al aprendizaje y al esparcimiento y, sin perder estas funciones, se transformó en el depósito oficial para proteger la memoria de los pueblos. Enlazar el pasado con el presente mediante una serie de objetos que conectan al espectador con sus ancestros, unir lo remoto con su cotidianidad, ha sido una tarea larga que en México dio inicio gracias a la fundación del Museo Nacional el 18 de marzo de 1825.

Desde ese momento, los esfuerzos de quienes se encontraban interesados en difundir la importancia de los vestigios arqueológicos del pasado prehispánico mexicano tomaron forma cada vez más definida, pero no fueron suficientes. El museo no funcionó de inmediato, principalmente porque el local elegido no era el establecimiento idóneo para la conservación y la exhibición de la “antigüedad mexicana”. Fue con el efímero imperio de Maximiliano, en 1865, cuando se le asignó al museo un local más apropiado, a un costado de Palacio Nacional, en el antiguo edificio de la extinta Casa de Moneda, donde permanecería por 100 años más.

Fue a estas instalaciones donde Jesús Galindo y Villa ingresó como copista en el año de 1887 y conoció al historiador don Francisco del Paso y Troncoso, quien se convertiría en su maestro y guía. Ingeniero de profesión, don Jesús traía en las venas el amor por la historia y la educación. Su labor en el museo y el acceso al acervo que éste resguardaba lo hicieron un experto en la antigüedad mexicana. Para 1896 era encargado del Departamento de Historia y Arqueología y en 1915 se convirtió en director del establecimiento. Ahí, Galindo y Villa se encargó de formar a varias generaciones de científicos sociales y bibliotecarios gracias a sus cursos de historia, geografía y archivística. A esto hay que agregar que fue uno de los primeros estudiosos interesados en rescatar la historia del Museo Nacional por medio de la publicación que presentamos en esta ocasión.

El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña no es sólo un resumen de los acontecimientos que rodearon la creación y el desarrollo de este emblemático sitio; también contiene reflexiones acerca del museo como un lugar dedicado a la difusión de la ciencia y la historia mexicanas, cuestiona su función como mero almacén de curiosidades y abre la posibilidad de convertirlo en un espacio para el pueblo. El libro explica la organización del local como un centro de investigación, y también da a conocer el tipo de objetos custodiados, preservando así el delicado hilo de la memoria que une a los mexicanos con las culturas de su antigüedad remota.

 
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