lupa
Sor Juana Inés

Sor Juana Inés

 
 

La vida y la obra de sor Juana Inés de la Cruz han pasado por las plumas de los grandes escritores mexicanos del siglo xx, desde Amado Nervo, Jorge Cuesta o Xavier Villaurrutia hasta Octavio Paz. Las mujeres, literatas, historiadoras o poetas, se han acercado también al personaje con la intención de reivindicar la participación femenina y su importancia en el contexto de una sociedad novohispana rígida y acentuadamente masculina. Si bien la figura de sor Juana ha causado admiración en propios y extraños, poco se ha hablado de la importancia que ha tenido para los artistas visuales y las representaciones gráficas elaboradas en torno a ella.

El objeto destacado que presentamos en esta ocasión conjunta estos dos planos: la impactante presencia de la Décima Musa en la obra del grabador guanajuatense José Julio Rodríguez.

 

José Julio Rodríguez nació en San Miguel de Allende el 20 de diciembre de 1912; estudió en la Academia de Bellas Artes de Querétaro y a partir de 1931 se dedicó a trabajar por su cuenta especializándose en el grabado en madera, también conocido como xilografía. En 1936 llegó a la Ciudad de México en donde hizo amistad con el artista Francisco Díaz de León e ingresó como estudiante en la Escuela de Artes del Libro.

Los años cuarenta fueron de bastante movimiento para Rodríguez, quien regresó a su estado natal para montar exposiciones, organizar la enseñanza en la Escuela de Bellas Artes y fundar la Academia de Artes Plásticas de Guanajuato, a la vez que comenzó su labor como docente.

 

Sus alumnos lo recuerdan siempre con un libro en la mano, leyendo y sólo apartando la vista para atender alguna duda o petición de sus estudiantes. Se le consideró una persona introvertida e incluso misteriosa. No se sabía gran cosa sobre su vida, pero sí que era callado, culto, austero al grado de considerar su entorno casi como un monasterio, en donde lo externo se dejaba de lado para concentrarse en el cultivo del espíritu mediante las artes.

Y así volvemos a nuestra admirada sor Juana, reclusa, conventual y amante de las letras. Apartada del mundo para dedicarse a sus estudios, para dejar de lado su pasado familiar, para continuar su trabajo intelectual.

El grabado del guanajuatense nos muestra a una sor Juana que nos es familiar: con su hábito, su escudo y una mirada amable, un tanto nostálgica, quizá rayando en la tristeza. La madera le permite al artista hallar un inmediato claroscuro, lograr texturas y rodearla de un halo luminoso que la relaciona con la sacralidad.

 

Los trazos son como la madera se lo permite: gruesos, pero sin perder detalle; arriesgados, pero dominando la técnica y el tamaño de su soporte. No hay dudas ni errores. Es sor Juana, la poeta encerrada y solamente libre a través de sus letras. José Julio Rodríguez reunió las dos artes que amaba en este pequeño pero significativo grabado.

Material de apoyo:

Martínez, Jesús, José Julio Rodríguez. Grabador, Guanajuato, Ediciones La Rana, 2002, 122 pp.

Glantz, Margo, Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía o autobiografía?, México, Grijalbo / UNAM, 1995, 230 pp.

 

La vida y la obra de sor Juana Inés de la Cruz han pasado por las plumas de los grandes escritores mexicanos del siglo xx, desde Amado Nervo, Jorge Cuesta o Xavier Villaurrutia hasta Octavio Paz. Las mujeres, literatas, historiadoras o poetas, se han acercado también al personaje con la intención de reivindicar la participación femenina y su importancia en el contexto de una sociedad novohispana rígida y acentuadamente masculina. Si bien la figura de sor Juana ha causado admiración en propios y extraños, poco se ha hablado de la importancia que ha tenido para los artistas visuales y las representaciones gráficas elaboradas en torno a ella.

El objeto destacado que presentamos en esta ocasión conjunta estos dos planos: la impactante presencia de la Décima Musa en la obra del grabador guanajuatense José Julio Rodríguez.

José Julio Rodríguez nació en San Miguel de Allende el 20 de diciembre de 1912; estudió en la Academia de Bellas Artes de Querétaro y a partir de 1931 se dedicó a trabajar por su cuenta especializándose en el grabado en madera, también conocido como xilografía. En 1936 llegó a la Ciudad de México en donde hizo amistad con el artista Francisco Díaz de León e ingresó como estudiante en la Escuela de Artes del Libro.

Los años cuarenta fueron de bastante movimiento para Rodríguez, quien regresó a su estado natal para montar exposiciones, organizar la enseñanza en la Escuela de Bellas Artes y fundar la Academia de Artes Plásticas de Guanajuato, a la vez que comenzó su labor como docente.

Sus alumnos lo recuerdan siempre con un libro en la mano, leyendo y sólo apartando la vista para atender alguna duda o petición de sus estudiantes. Se le consideró una persona introvertida e incluso misteriosa. No se sabía gran cosa sobre su vida, pero sí que era callado, culto, austero al grado de considerar su entorno casi como un monasterio, en donde lo externo se dejaba de lado para concentrarse en el cultivo del espíritu mediante las artes.

Y así volvemos a nuestra admirada sor Juana, reclusa, conventual y amante de las letras. Apartada del mundo para dedicarse a sus estudios, para dejar de lado su pasado familiar, para continuar su trabajo intelectual.

El grabado del guanajuatense nos muestra a una sor Juana que nos es familiar: con su hábito, su escudo y una mirada amable, un tanto nostálgica, quizá rayando en la tristeza. La madera le permite al artista hallar un inmediato claroscuro, lograr texturas y rodearla de un halo luminoso que la relaciona con la sacralidad.

Los trazos son como la madera se lo permite: gruesos, pero sin perder detalle; arriesgados, pero dominando la técnica y el tamaño de su soporte. No hay dudas ni errores. Es sor Juana, la poeta encerrada y solamente libre a través de sus letras. José Julio Rodríguez reunió las dos artes que amaba en este pequeño pero significativo grabado.

Material de apoyo:

Martínez, Jesús, José Julio Rodríguez. Grabador, Guanajuato, Ediciones La Rana, 2002, 122 pp.

Glantz, Margo, Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía o autobiografía?, México, Grijalbo / UNAM, 1995, 230 pp.

 
Otros destacados
Otros destacados

Mostrar

por página