En 1921, terminando la fase armada de la Revolución mexicana, se creó la Secretaría de Educación Pública bajo el gobierno posrevolucionario del general Álvaro Obregón. Esta nueva dependencia se compuso por tres departamentos; uno de ellos, el de Bellas Artes. Los problemas fundamentales de la política cultural en ese entonces tenían que ver con la identidad nacional, el deber ser de “lo mexicano” y cómo debía expresarse y enseñarse.

Entonces, surgieron iniciativas que buscaban unificar integralmente a todos los mexicanos. Pero ¿cómo lograrlo ante la diversidad étnica, cultural, social y económica de México? En un primer momento, muy acorde con las tendencias de la época en la que se forjaron los grandes estados nacionales, se creyó que la cultura mexicana debía ser única y compartida por todos y todas. Mucho se lee en los documentos de intelectuales, docentes y funcionarias y funcionarios de entonces que habría que “descubrir la verdadera alma del mexicano”.

Y así llevamos más de cien años, preguntándonos a punta de ceremonias cívicas, de historias de bronce, de bailables el 10 de mayo al sonido del Son de La Negra y de políticas públicas educativas y culturales, qué es el ser mexicano y sí, sí lo éramos, sí lo estábamos haciendo bien. Fueron cien años en los que se debatió la política cultural federal desde el centro del país, como la campaña de alfabetización donde el español se convirtió en el único idioma nacional, sin tomar en cuenta las lenguas de las comunidades indígenas de todo el país y que para rescatar a las comunidades había que llevarles cultura.

Fue un siglo de grandes proyectos artísticos y aprendizajes, de preguntas renovadas, de resistencias culturales y de movimientos sociales. Finalmente, la diversidad se impuso a los planes sexenales y al neoliberalismo: México es un país que se reclama y se reconoce diverso, múltiple, con variadas formas de vida, con lenguas que no murieron, y repleto de comunidades capaces de organizarse para enunciar su propia voz.

Como nunca antes, desde las políticas públicas estatales se habla del respeto y reconocimiento de la memoria, las identidades, las formas de convivir, de comer, de disfrutar, de solucionar conflictos, de desarrollarnos integralmente por medio del impulso a nuestra creatividad, y de nuestras sensibilidades; esto es, garantizar lo que hoy llamamos derechos culturales de las personas y las comunidades, y que son derechos humanos.

A partir de 2018, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, desde la premisa de cambiar de la cultura del poder al poder de la cultura, ha trazado e implementado políticas cuyo eje ha sido garantizar el acceso y ejercicio de derechos de las poblaciones que históricamente habían sido relegadas. El Programa Cultura Comunitaria es una respuesta innovadora como política pública federal en materia cultural a un problema histórico del Estado.

El Programa Cultura Comunitaria ha sembrado procesos y estamos cosechando alternativas de la mano de las comunidades. En esta exposición encontrarás historias que dan cuenta del profundo poder transformador de la cultura.

Cultura Comunitaria es el programa prioritario de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Las acciones del programa se han implementado en más de 650 municipios del país. El Programa Cultura Comunitaria toma como base el reconocimiento a la diversidad cultural de las personas y las comunidades, parte de una política de escucha como la mejor práctica para sustituir la política de la visión única, fomenta una cultura incluyente que por primera vez garantiza el acceso a la cultura de forma equitativa para todas las personas, prioriza a los grupos históricamente relegados, involucra a las y los agentes locales de cada región, reconoce como eje de sus acciones a las personas y comunidades, sus identidades y sus necesidades en materia cultural desde el territorio y no desde el escritorio.

¿Qué hace el Programa Cultura Comunitaria?

Cada uno de los modelos de implementación es un marco flexible que se adapta a las necesidades locales y al contexto en el que se desarrollan las acciones del programa. Estos modelos se implementan por equipos de promoción, docentes y agentes culturales locales a lo largo del país, con quienes de manera permanente se promueven procesos de diálogo, de capacitación continua y de saberes compartidos entre pares para el diseño, la planeación pedagógica, la evaluación y la operación territorial de las acciones del programa.

Dichos marcos los da el programa con el enfoque de derechos, el abanico de lenguajes creativos y las directrices que marca la política pública vigente; los contenidos, los “cómos” creativos, las preguntas y las alternativas provienen de los y las docentes, de los y las agentes culturales y de las personas beneficiarias en cada uno de los municipios atendidos.

Es entonces que, a partir de identificar y reconocer lo que hay de nuestro y lo que es diverso, se construyen procesos de fortalecimiento a las identidades locales y se revitalizan las maneras de contarnos en nuestras memorias.

Con la comunidad todo, sin la comunidad nada, ésta es una de las premisas del Programa Cultura Comunitaria; por ello todas las acciones parten de un reconocimiento territorial, del diálogo con las comunidades y de la articulación del trabajo con promotores culturales locales. Los diferentes modelos de implementación del programa se integran por mecánicas participativas para el desarrollo de éstos.

Cultura Comunitaria promueve el derecho de ejercicios culturales con aquellos grupos de personas y comunidades que históricamente habían sido relegados y que hoy son los protagonistas de uno de los programas más importantes de la Secretaría de Cultura al implementar políticas públicas en materia cultural que abonan en la atención de las causas en contextos de violencia, consolidando acciones artísticas y culturales permanentes para la construcción de factores protectores para infancias y juventudes, en la recuperación de la confianza entre los propios habitantes de las localidades al promover la cultura de paz como eje vertebrador de procesos colaborativos que vinculan proyectos de base social y colectivos con la finalidad de provocar una transformación positiva en una comunidad.

Como parte del ejercicio de los derechos culturales en espacios públicos recuperamos el sentimiento de localidad en aquellos lugares que forman parte de las historias personales y colectivas de una comunidad promoviendo actividades artísticas y culturales que provocan ocasiones de encuentro para la convivencia, la recreación y el esparcimiento en el tiempo libre. Éste es un derecho humano que beneficia la calidad de vida de las personas y grupos más vulnerables para que las plazas, parques, kioscos, patios de escuelas y canchas deportivas de rancherías, ejidos, colonias de los poblados y ciudades sean protagonistas, junto con sus vecinas y vecinos, de este movimiento cultural de transformación por el bienestar.

El uso y disfrute del tiempo libre de las personas, mediante actividades artísticas y culturales como alternativa, nunca más volverá a ser un privilegio: es y debe ser siempre un derecho.

El Programa Cultura Comunitaria funciona como un ecosistema en el que los distintos modelos de implementación dialogan, no sólo entre sí, sino con otras áreas o programas de la misma Secretaría de Cultura, así como con otras dependencias federales. El enfoque de lo comunitario en las políticas públicas culturales se encuentra transversalizado en todas las acciones; esto significa que la prioridad es que la mayor cantidad de personas en el país ejerzan sus derechos culturales. Por lo anterior, los procesos comunitarios que detonan los Semilleros Creativos dialogan y construyen nuevas formas de mirar el mundo y de convivir.

El poder de la cultura (conclusiones)

Por medio de la cultura y el arte estamos recuperando la felicidad, la comunidad y la paz. Tras cinco años de desarrollo del Programa Cultura Comunitaria ahora es posible tener un testimonio sobre el ejercicio de los derechos culturales con el fin de visibilizarlos mas allá de las comunidades beneficiarias.

Para la conformación de la exposición Cultura Comunitaria, la transformación profunda, a cargo de la Dirección General de Vinculación Cultural, en colaboración con el Sistema Nacional de Fomento Musical y el Programa Alas y Raíces de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil, se desarrolló una dinámica participativa de trabajo en equipo que consistió en enviar a los equipos del Programa Cultura Comunitaria formularios para recopilar propuestas de piezas que relatan o reflejaran el alcance de los objetivos planteados de las actividades del Programa, los Proyectos Prioritarios, Planes de Justicia y demás estrategias intersecretariales en los que colabora la Secretaría de Cultura en todo el país. Para indagar sobre las experiencias comunitarias en el territorio, cada uno de estos formularios estuvo integrado por preguntas detonadoras relacionadas a la memoria colectiva, la diversidad cultural, la participación en la vida cultural, la organización comunitaria, la apropiación afectiva del espacio público y la cultura de paz.

Mediante la misma dinámica, con la intención de esquematizar conceptos y formas cotidianas en la que los públicos expresan en sus pláticas del día a día, se realizó un sondeo de términos con los que los públicos, agentes y promotores culturales identifican o difunden las actividades el Programa Cultura Comunitaria y que se retoman para la construcción de esta exposición.

A partir de la información enviada por el equipo de investigación participativa, esta fue recolectada por el equipo curatorial de Cultura Comunitaria quienes realizaron una exhaustiva selección de piezas con el objetivo de plasmar un testimonio sobre la importancia de los trabajos de base comunitaria en una muestra que articula y comparte nuevas narrativas y procesos profundos de transformación que hoy vivimos en un acervo catalogado para que permanezca como fuente para futuras investigaciones.

Todo este proceso forma parte integral del Proyecto de Nación del Gobierno de México, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que apuntó a una transformación que acabó con el periodo neoliberal que padeció México durante 36 años y que trastocó todos los aspectos de la vidas de varias generaciones de familias, ya que agudizó la desigualdad y, con ella, la pobreza, la marginación, la exclusión y la imposibilidad de acceder a derechos básicos. La cultura no fue la excepción y fue relegada para desempeñar un mero lugar accesorio.

Por ello y como parte de esta histórica revolución pacífica, la Secretaría de Cultura se planteó cambiar la cultura del poder por el poder de la cultura, lo que significa que todas las personas que estuvieron al margen de las políticas culturales estén al centro y ejerzan sus derechos culturales, que son derechos humanos, ya sea mediante las distintas formas de creación cultural y artística, individual y colectiva, dándo un papel protagónico de transformación social y desarrollo humano que contribuye a promover el sentido de comunidad en un marco de igualdad y justicia social, recuperando los espacios públicos para la convivencia y el reconocimiento a la diversidad cultural.

Créditos

Secretaría de Cultura

Secretaria de Cultura del Gobierno de México
Alejandra Frausto Guerrero

Subsecretaria de Desarrollo Cultural
Marina Núñez Bespalova

Titular de la Unidad de Administración y Finanzas
Omar Monroy Rodríguez

Jefa de la Unidad de Asuntos Jurídicos
Eréndira Cruzvillegas Fuentes

Directora General de Vinculación Cultural
Esther Hernández Torres

Director General de Administración
Alberto Federico Lynn

Director General de Comunicación Social
Manuel Zepeda Mata

Coordinadora Nacional de Desarrollo Cultural Infantil Alas y Raíces
Guillermina Pérez Suárez

Coordinador Nacional del Sistema Nacional de Fomento Musical
Roberto Rentería Yrene


Curaduría y redacción

Samantha Guadalupe Andrade Urdapilleta
Brisa Azucena De Gante De Jesús
Matilde Miledi Villa
Abigail Molleda Sabala
Xavier Aguirre Palacios


Investigación

Cuqui Montelongo Valencia
Ximena Monterde Corona
Alejandra Padilla Pola
Yesenia Ramírez Rafael
Luis Antonio Tovar Fuentes
Miguel Ángel Manzano Romero
María Amairani Cabrera Alvarado
Fanny Ortiz Hagopian
Alberto de la Rosa Tenorio
Scarlett Ceballos Miranda
Salma Silva Sánchez
Rosalía González Matías
Cecilia Iraís Reza Arenas
Rosalba Haideé Coronel Vega
Julio César Torres Lima
Edgar Israel Contreras Rodríguez
Melisa Carrillo Rojas
Derian Alejandro Martínez Pineda
Pineda Laura García Jiménez
Miguel Martínez Robles
Manuel Trujillo García
Diana Areli Warneros Ortiz
Mónica Zárate Ambríz
Edaena Mata Zayas
Claudia Nuncio Díaz



Archivo General de la Nación/Memórica

Director General del Archivo General de la Nación
Carlos Ruiz Abreu

Titular de Memoria Histórica
Gabriela Pulido Llano

Directora de Planeación y Relaciones Institucionales
Donají Morales Pérez

Directora de Diseño y Estrategia Creativa
María Angélica Santa María Daffunchio

Directora de Desarrollo y Producción Digital
Karen Mariel Nájera Hernández

Director de Dirección de Creación de Contenidos Digitales
Rubén Octavio Amador Zamora

Director de Estrategia y Procesos Jurídicos
Luis Miguel Gutiérrez García

Apoyo Curatorial y Organización para versión web
Jessica Amairani Tello Balderas

Editora
Rebeca Flores Gutiérrez

Diseño Gráfico y Web
Oyuki Collado Velasco



Agradecimientos

A todas las personas que forman parte del programa Cultura Comunitaria en el territorio nacional.

A las niñas, niños y jóvenes integrantes de los Semilleros Creativos de todo el país.

A los públicos de todas las edades que participan en los Convites culturales, Cine Sillitas, Jolgorios y Arte + Movilidad de toda la República Mexicana.

A las autoridades locales, organizaciones y agentes culturales que han participado con el programa Cultura Comunitaria. A todas las personas que colaboran en la Dirección General de Vinculación Cultural, en la Coordinación Nacional de Desarrollo Infantil Alas y Raíces y en la Coordinación del Sistema Nacional de Fomento Musical.

A todas, todes y todos, que con dedicación, trabajo y organización colectiva contribuyen día tras día para abonar condiciones de posibilidad en el efectivo ejercicio de los derechos culturales de las personas que históricamente habían estado relegadas y que hoy se encuentran al centro de las políticas culturales.


Referencias

El poder de la cultura

Plan Nacional de Cultura

Página web de Cultura Comunitaria

Plataforma digital Contigo en la Distancia